lunes, 6 de abril de 2015

Gracias miniyogui

Hoy les contaré una anécdota de fin de semana y la usaré como línea para los siguientes posts que les compartiré después.
Resulta que este fin de semana mi esposo y yo fuimos a un centro comercial. Era el fin de semana de pascua y al parecer es una fecha donde mucha gente va de compras, así  que el centro comercial estaba muy lleno y un poco caótico. Mientras caminábamos me di cuenta que en una tienda de maquillaje (Sephora) habían varios niños jugando justo en la ventana de la tienda por dentro. Estaban revolcándose, brincando, gateando se veían muy divertidos,  o muy desesperados (no lo sé) dentro de la tienda. Pero había un niño  meditando, estaba sentado en el suelo en flor de loto y con sus manos en el pecho haciendo una mudra.
Habían unos niños observándolo, y yo me paré para observarlo también y esperar un poco para que cuando terminara su meditación saludarlo y hacerle muchos gestos y señales de reconocimiento y aliento.
Como realmente estaba meditando obviamente no me vio, así que decidí seguir mi camino y respetarlo. 
Esta vivencia me dejó una grata sensación. Ver a un niño meditando generó en mí muchas cosas. Primero me pareció maravilloso que estuviera meditando. Luego pensé en cómo o en dónde aprendió a meditar. Durante el mes de febrero tomé un curso de yoga para niños en escuelas: YoKid y por lo que vi cada vez hay más oferta de yoga en las escuelas, pensé que tal vez ahí lo había aprendido. También pensé que pudo haberlo aprendido en casa. Eso nunca lo sabré, lo que si es seguro es que en algún lugar lo aprendió y lo practica en momentos que lo necesita o quiere.
También pensé en mi propia práctica, normalmente medito de 10 a 15 minutos diarios en casa. Hasta el momento lo hago en momentos que tengo tiempo, no tengo una rutina de horarios aún. Pero viendo a este pequeño, pensé en que yo no llevo mi práctica en momentos que lo necesito. Normalmente, espero el momento que considero adecuado para mí (relajado, tranquilo, silencioso)  y medito. Y en mis momentos de estrés, frustración, enojo no hago nada para mejorar mi estado ya sea respirar, meditar, cantar o lo que sea.
La meditación es una poderosa herramienta y ciertamente he vivido los efectos positivos que tiene. Sin embargo, observar a este niño me di cuenta que puedo llevar más allá mi práctica y sin importar el lugar  y el momento puedo utilizarla para mi bienestar en momentos de estrés, caos, frustración o cuando yo lo necesite.
Gracias miniyogui en Sephora, verte fue reconfortante, inspirador y motivador. ¡Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario